Se trata de una pieza original en la que su
autora,sacerdotisa del santuario de la diosa sumeria Ishtar, hace una evocacion
del encuentro sexual de un hombre y una
mujer,con un leguaje sugestivo y poético de exaltación simbólica.
Su innegable contenido erótico queda sublimado por
las expresiones literarias que utiliza, llenas de imagenes sensuales.
Si Neruda nos regaló su Oda al Gato, Namarya no hace un remedo, sino una creación propia, llena de colorido y fuerza en sus descripciones.
00201CL1SI Libreria Diotima 100
L.
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